El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (,IPCC,), señala en su Quinto Informe de Evaluación (AR5) de 2013 y 2014 que el calentamiento global del sistema climático es irrefutable. Las emisiones continuas de gases de efecto invernadero (GEI) por parte de todos los países influenciarán de forma clara al sistema climático, en el cual causarán un mayor calentamiento y cambios duraderos en todos sus componentes, lo que hará que aumente la probabilidad de impactos severos, generalizados e irreversibles en los sectores productivos y en los ecosistemas naturales. Al mismo tiempo, señala que la sociedad humana tiene los medios para limitar el cambio climático y construir un futuro próspero y sostenible.

Análisis de riesgos y vulnerabilidades: Definición.

El análisis de riesgos y vulnerabilidades frente al cambio climático consiste en un documento en el que se estudia la situación climática actual de una población o región, para poder simular los posibles escenarios de adaptación al cambio climático y evaluar los riesgos y vulnerabilidades estructurales que presenta junto a su capacidad de adaptación.

Se encuentra dentro de los objetivos de los Planes Locales de Adaptación frente al cambio climático promovidos por El Pacto de los Alcaldes para el Clima y la Energía, una iniciativa de la Unión Europea para implicar y reconocer la participación local en esta lucha reduciendo sus emisiones de gases de efecto invernadero.

¿Cómo afecta el cambio climático a una población o región?

El proceso de cambio climático actual afecta de forma directa a numerosos aspectos de los ecosistemas naturales y antrópicos. Todos los componentes del medio natural y humano se encuentran complejamente interconectados, de forma que no se puede entender su funcionamiento, interacción y evolución sin una visión holística del sistema.

Por ello, para el estudio de riesgos y vulnerabilidades de una zona o unidad social determinada de forma generalizada se analizan los siguientes factores locales y variables climáticas actuales:

• Evolución de las temperaturas.
• Evolución de las precipitaciones.
• Evolución del viento.
• Evolución de la humedad.
• Episodios de eventos extremos (olas de calor, lluvias torrenciales, etc.).

Posteriormente, la capacidad de adaptación a los efectos del cambio climático se podrá clasificar dentro de los siguientes apartados:

• Variables naturales: hidrología, biodiversidad, etc.
• Variables económicas: agricultura y silvicultura.
• Variables sociales.

4 Ejemplos de medidas de mitigación y adaptación al cambio climático.

Una vez se ha analizado la vulnerabilidad, para poder mitigar los impactos ambientales derivados del cambio climático sobre la población o una región determinada, se contempla la introducción de una serie de medidas de adaptación frente a sus efectos en función del resultado obtenido. A continuación vemos algunos ejemplos recogidos en el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático:

Utilización de energías renovables.

El uso de energías renovables como fuente energética juega un papel fundamental para disminuir la emisión de gases de efecto invernadero GEI, ya que en su fase de generación no emite ningún gas contaminante y contribuyen a la descarbonización de la economía. En España, el porcentaje de uso de fuentes renovables sobre el mix de producción se incrementa año tras año.

Impulso de la eficiencia energética.

Implementar procesos de fabricación, transporte o construcción de edificios eficientes en cuanto al empleo de energía contribuye a reducir la demanda de recursos naturales y el impacto ambiental de la actividad.

Planificación y gestión sostenible de los recursos.

El empleo de recursos naturales, alimentos o productos generados de forma próxima al lugar en que se consumen es imprescindible para reducir el impacto ambiental del proceso y poder aumentar la seguridad de la cadena de suministro frente a episodios de cambio extremo del clima.

Restauración paisajística.

Devolver a su forma original los paisajes modificados o deteriorados a través de la reintroducción de especies autóctonas, adaptadas de forma natural a las condiciones de la zona, puede contribuir a mejorar la adaptación de dicho espacio frente a la fluctuación de temperaturas o ciclos alterados de precipitaciones derivados del cambio climático.